Miel. Tipos y Propiedades.I


Nuestras entradas de hoy como podéis estar observando son un poco dulces y sin alejarnos mucho del tema...queremos explicar en esta entrada la miel y sus tipos. Y es que con la llegada del frió..¿A quién no le apetece un vaso de leche caliente y una cucharadita de miel?


Antes de comenzar todos sabemos de dónde proviene la miel, pero..¿Lo sabemos exactamente?  Aquí os dejo este pequeño vídeo explicativo.

La Miel es elaborada por las abejas a partir del néctar de las flores. Dependiendo de los néctares de flores empleados se obtiene distintos sabores, aromas y colores de la miel.
Igual que en el azúcar, es una fuente de energía, que se compone de HC, glucosa y fructosa, en lugar de sacarosa.

Veámos los tipos de miel según su obtención y características:

  • Miel en panal o en secciones: Se presenta en los panales naturales envueltos en hojas de papel o plástico transparente.
  • Miel virgen o miel de gota: Es el producto que fluye espontáneamente de los panales al romperlos.
  • Miel cruda: Es el producto extraído del panal por medios mecánicos.
  • Miel gomosa: Se obtiene por presión caliente.
  • Miel sobrecalentada o desnzimada: Es sometida a temperaturas por encima de los 70ºC.
  • Miel Aromáticas: Llevan la denominación correspondiente al aroma natural que posea.


Pero...¿Qué tipo de  propiedades terapéuticas tiene la miel?

  1. Tonificante: La miel aporta azúcares simples, como la glucosa y la fructosa, que se absorben muy fácilmente, pasando rápidamente a sangre. A esto hay que añadir la presencia de otras sustancias con alto valor biológico como antioxidantes, flavonoides, carotenoides, fenoles, enzimas, etc.
  2.  Bactericida, antiséptico y cicatrizante: La miel posee un gran poder antibiótico y cicatrizante, por lo que ha sido utilizada desde tiempos remotos en el tratamiento de heridas, quemaduras, úlceras, etc. Cuando la miel es aplicada sobre una herida, la glucosa oxidasa produce localmente una lenta liberación de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), con una acción antiséptica. En el tratamiento de heridas, la miel estimula la división y el crecimiento de las células, favoreciendo la cicatrización.
  3. Antiinflamatoria y emoliente: Ha demostrado ser un remedio eficaz en el tratamiento de dermatitis seborreica y caspa, principales causa de la pérdida del cabello, y en el caso de hemorroides (uso externo).
  4.  Expectorante y antitusivo eficaz: La miel es de gran ayuda en caso de sinusitis, irritaciones de garganta y procesos bronquiales simples, que cursan con tos seca, al ser un buen expectorante y calmante de la tos. Mezclada con avellana constituye también un buen remedio para la tos crónica y favorece la expectoración.
  5.  Digestiva y laxante: La miel favorece el proceso de digestión gastrointestinal y, sobre todo, es eficaz en casos de estreñimiento. La miel normaliza la acidez y la secreción del jugo gástrico.
  6. Relajante e inductora del sueño: Además de su efecto tonificante sobre el organismo en general, la miel posee propiedades relajantes, sedantes e inductoras del sueño, al favorecer la absorción de triptófano, que es precursor de la serotonina (sustancia química reguladora del buen estado de ánimo del organismo), por lo que se recomienda en la dieta habitual de pacientes aquejados de insomnio crónico.
  7.  Mineralizante: La miel mejora la absorción de otros nutrientes, como es el caso delcalcio o del hierro. Contribuye así al mantenimiento de la masa ósea que conforma el esqueleto, lo que resulta de interés en caso de fracturas óseas, dietas pobres en calcio, menopausia u osteoporosis, donde la pérdida de masa ósea es más acentuada.
  8.  Prebiótica: La miel puede ser considerada como alimento prebiótico por su contenido en oligosacáridos, azúcares de cadena media presentes en la misma, como la melecitosa, la maltotriosa y la rafinosa, que parecen estimular el crecimiento y la actividad de especies de bifidobacterias que habitan en el colon humano y que forman parte de la microflora intestinal saludable.
  9.  Antioxidante: Diversos estudios han sugerido como responsables de la actividad antioxidante de la miel a los componentes minoritarios de la misma, y en especial, a los compuestos polifenólicos, como los flavonoides, los carotenoides, junto a aminoácidos, minerales y vitaminas C y E.

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