El Dolor en Urgencias II
Aquí os dejamos con la segunda parte de "El dolor en urgencias", esto es una nota/documento informativo sobre los posibles dolores de un paciente o incluso de nosotros mismos como podemos determinar su gravedad o tipo de dolencia. No te pierdas El Dolor en Urgencias I
Anámesis del paciente con dolor:
– Localización y distribución del dolor (territorio de un nervio sensitivo, un
dermatoma, etc.).
– Superficial o profundo.
– Es constante o variable en localización y tiempo.
– Fecha de inicio, inicio súbito o progresivo. Factores desencadenantes.
– El dolor es permanente o paroxístico, diurno o nocturno.
– Características clínicas del dolor: descripción (quemazón, pulsátil,
descarga), intensidad (moderado, intenso, muy intenso), factores
agravantes (cambio de postura, tos, posición), alivio (reposo, sueño,
tranquilidad).
– Repercusión del dolor sobre la vida familiar, profesional, actividades.
– Repercusión psicológica.
– Tratamientos realizados y efectos que le han producido.
Valoración y Evaluación del dolor:
En urgencias, el dolor hay que evaluarlo como si de una constante vital se
tratara. Es importante reflejar en la historia clínica, junto al registro de las
constantes, el grado de dolor que presenta el paciente a su llegada, inicio
del tratamiento y durante el mismo.
El dolor es subjetivo, no existe ningún signo objetivo que nos permita medir
con exactitud la intensidad del dolor, por lo que se han creado unas escalas
para que la evaluación del dolor sea lo más individualizada posible y que
sean reproducibles para poder valorar la respuesta al tratamiento.
Disponemos de escalas objetivas y subjetivas:
1.- Subjetivas
a. Escala visual analógica (EVA): la más utilizada. Consiste en una línea
horizontal o vertical de 10 cm de longitud dispuesta entre dos puntos donde
figuran "no dolor" y "máximo dolor imaginable", que corresponden a las
puntuaciones de 0 a 10.
b. Escala numérica verbal: el paciente asigna una puntuación a su dolor, de
0 a 10
(0 =no dolor y 10 =máximo dolor imaginable).
c. Escala de expresión facial: útil en niños. Se les presentan unas caras
dibujadas con diferentes expresiones, desde la alegría hasta el llanto. A
cada una se le asigna una puntuación.
2.- Objetivas: no son muy fiables, ya que el dolor es subjetivo. Se usan en
niños pequeños que todavía no son capaces de comunicarse.
1401
Anámesis del paciente con dolor:
– Localización y distribución del dolor (territorio de un nervio sensitivo, un
dermatoma, etc.).
– Superficial o profundo.
– Es constante o variable en localización y tiempo.
– Fecha de inicio, inicio súbito o progresivo. Factores desencadenantes.
– El dolor es permanente o paroxístico, diurno o nocturno.
– Características clínicas del dolor: descripción (quemazón, pulsátil,
descarga), intensidad (moderado, intenso, muy intenso), factores
agravantes (cambio de postura, tos, posición), alivio (reposo, sueño,
tranquilidad).
– Repercusión del dolor sobre la vida familiar, profesional, actividades.
– Repercusión psicológica.
– Tratamientos realizados y efectos que le han producido.
Valoración y Evaluación del dolor:
En urgencias, el dolor hay que evaluarlo como si de una constante vital se
tratara. Es importante reflejar en la historia clínica, junto al registro de las
constantes, el grado de dolor que presenta el paciente a su llegada, inicio
del tratamiento y durante el mismo.
El dolor es subjetivo, no existe ningún signo objetivo que nos permita medir
con exactitud la intensidad del dolor, por lo que se han creado unas escalas
para que la evaluación del dolor sea lo más individualizada posible y que
sean reproducibles para poder valorar la respuesta al tratamiento.
Disponemos de escalas objetivas y subjetivas:
1.- Subjetivas
a. Escala visual analógica (EVA): la más utilizada. Consiste en una línea
horizontal o vertical de 10 cm de longitud dispuesta entre dos puntos donde
figuran "no dolor" y "máximo dolor imaginable", que corresponden a las
puntuaciones de 0 a 10.
b. Escala numérica verbal: el paciente asigna una puntuación a su dolor, de
0 a 10
(0 =no dolor y 10 =máximo dolor imaginable).
c. Escala de expresión facial: útil en niños. Se les presentan unas caras
dibujadas con diferentes expresiones, desde la alegría hasta el llanto. A
cada una se le asigna una puntuación.
2.- Objetivas: no son muy fiables, ya que el dolor es subjetivo. Se usan en
niños pequeños que todavía no son capaces de comunicarse.
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